El fútbol, la pasión y los extremos

La sensación es que sucedió hace un puñado de semanas y ya pasaron mas de 30 años.
Los Domingos en que River no jugaba en el Monumental, eran un ritual. Prepararse con el viejo para una nueva travesía a un estadio de visitante para ver a nuestro equipo.
El destino, sin la ayuda del GPS, era La Plata, Rosario, Santa Fe, Córdoba, o algún estadio de los tantos que tiene nuestra enorme Buenos Aires.
De él dependía la hora de salida. La excusa perfecta para parar en la ruta y comerse un asado, o un sandwich de vacío, o un inigualable choripan.

Llegar temprano y sentir la presencia de otros hinchas de River que se acercaban al estadio que tocaba para ver a la banda, no tenía precio. Las entradas se sacaban en la boletería, y si llegabas sobre la hora, había una fila interminable.
Entrar y cantarle a los anfitriones la mas bella música que sonaba como una estrofa de ¨guerra folklórica¨: ¨Y ya lo ve, y ya lo ve, somos locales otra vez...¨

Pasó una eternidad y las costumbres cambiaron. La sociedad también. La educación decayó sostenidamente desde aquella época, y el impacto fue letal para nuestra cultura.
De a poco, la rivalidad futbolística se fue convirtiendo en una enemistad explícita.

Recibir a los visitantes con hostilidades, chicanas, emboscadas hasta provocar heridos y en lo posible algún muerto, se instaló como parte de ese pseudo-folklore que transformó el deporte mas hermoso del mundo en un riesgo permanente.
Ir a la cancha ya no era una aventura para contarle a tus hijos y nietos, sino en una prueba de supervivencia.
Si ganabas de visitante la pregunta era: ¨Como salimos de acá?¨ ¨La policía nos está esperando afuera para repartir¨.
Si perdías, tu propia barra brava se ocupaba de romper todo lo que había a su paso, razón por la cual, sabías que habría represión y había que salvar la vida para volver a casa sano y salvo.

Esta degeneración fue aumentando en intensidad en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana al punto de encontrarnos hoy con una sociedad intolerante y extremista.
La medida al fútbol no tardó en llegar. Prohibir los visitantes en los estadios como medida transitoria, fue la aspirina para curar la enfermedad terminal (?), la cual se transformó hasta el día de hoy en una medida permanente de la cual no se puede salir.
Y el reflejo de esto que sucede en el fútbol se refleja en la sociedad. En la política. En nuestra Economía. El sálvese quien pueda constante.
Estas de un lado o del otro. Sos K o Anti K. Pañuelo Verde o Azul. A favor o en contra. Blanco o negro. Y si piensas diferente o con matices, el desprecio. La descalificación.
Las dos plazas, la grieta, la falta de dialogo y sobre todo, la falta de coexistencia.

Se puede estar en el medio, pero en soledad.
El surgimiento de las redes sociales, exacerbaron aún mas esta realidad y la sensación constante es la de afirmar lo difícil que es salir de este laberinto.
Crisis, violencia...palabras tan ¨normales¨como usuales para los mortales que somos parte de esta locura cotidiana que se llama Argentina.
¨Por un color, solo por un color, no somos tan malos todo va a estallar¨ retrataba el Flaco Spinetta en una de sus canciones (La bengala perdida, 1988) que mejor explicaba esta metamorfosis siniestra que sufría nuestra sociedad allá por la década del 80´.

Y el Flaco no se equivocaba. Todo empeoraría hasta nuestros días mientras pedía ¨Buscar un amanecer¨.

El hombre sensato se pregunta casi resignado, como salir de esta situación social y cultural que agobia.
Porque pueden en países desarrollados y nosotros no podemos imitarlos?
Existen en contrapartida, casos aislados de tolerancia en otras disciplinas o deportes en nuestro país?
Ejemplos no sobran pero los hay claramente.
En el automovilismo Argentino, hinchas de FORD y Chevrolet conviven en las mismas gradas del autódromo. Tal vez por los códigos que existe entre los ¨fierreros¨ amantes de este deporte? Puede ser...

Códigos, reglas, leyes, principios, espíritu, usos y costumbres, respeto. EDUCACIÓN. Todo apunta a lo mismo.

Se puede revertir la historia?
Probablemente sean años o décadas las que haya que invertir en nuestra sociedad para volver a ser lo que supimos ser.
Como se empieza?
Por uno mismo. No caben dudas.
De que forma?
Educando a nuestros hijos quienes somos padres. La educación no se adquiere solo en la escuela. La usina educativa esta en casa.
Respetando la ley y sobre todo al prójimo.
Los millenialls con su creatividad innata. Ellos tienen todas las herramientas. Tal vez muchas mas de las que tuvieron generaciones anteriores.

Desde RadioPasillo Monumental, bregamos por la recuperación de esos valores perdidos. Porque además de nuestro amor por el fútbol y nuestra pasión por nuestros colores, estamos convencidos de que podemos coexistir como rivales y jamas como enemigos en todos los aspectos de la vida. Y porque fundamentalmente, también cumplimos una función social.

Queremos ser tolerantes. No queremos violencia. Queremos un país mejor. Queremos que el fútbol sea una fiesta. Queremos demostrar que somos diferentes. Hay que desdramatizar.

Desde nuestro humilde espacio, que nos da el micrófono como mejor arma, queremos intentar concientizar que el gris también existe.
Que se puede estar en el medio de pensamientos tan opuestos y tomar lo bueno de cada uno de ellos. Porque de eso se trata "convivir" en una sociedad o en un estadio de fútbol.
Porque las grandes ideas se construyen a través del diálogo, del debate y no desde el denigrar al otro porque piensa distinto o defiende otra camiseta.
La Violencia es el arma que prevalece en aquellas sociedades desbastadas, que no afrontan el desafío cultural de imponer la educación y la palabra por encima de todo.
Estamos convencidos de que podemos cambiar y que podemos convivir todos juntos en busca del bienestar y el confort social en momento de tantas otras dificultades que atraviesa nuestro país.
A través de un espectáculo deportivo como puede ser el fútbol, mas allá de quien gane o pierda. Porque el fútbol es maravilloso, y expande nuestra identidad a otras parte del mundo.
Por eso, mostremos lo mejor de nosotros. Podemos ser respetuosos frente a la victoria y tolerantes ante la derrota.
Porque estamos convencidos, que si los que nos representan no hacen nada para revertir esta situación, es porque la mediocridad es su mejor herramienta para poder imponer sus estrategias de poder.

#SomosRivalesNoEnemigos
#QueVuelvanLosVisitantes
#VivamosEnPaz

El equipo de Radiopasillo Monumental

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