La función social del deporte, River y el fútbol

Las crisis cíclicas de la economía Argentina, que golpean cada 5 o 10 años, ya nos tienen acostumbrados a reeditar vivencias, experiencias e informaciones desagradables en el aspecto social.
Los recientes datos oficiales, revelan que el 32% de la población es pobre (mas de 3 cada 10 Argentinos tienen problemas alimentarios) y que desde el 2017 a la fecha, esa situación viene agravándose al punto de haberse sumado 1,9 millones de personas a esta penosa y terrible condición.

Aproximadamente 15 millones de Argentinos, padecen la pobreza y otras carencias importantes como la falta de cobertura de salud y desigualdad educativa, de los cuales el 20%, sufre inseguridad alimentaria severa (reducción de porción de comida diaria) y el 8% directamente pasa hambre.

Una familia tipo (2 adultos + 2 hijos) necesita casi $ 30.000.- para no caer en la condición de pobreza, lo que representa solo $AR 7.000.- menos que el salario promedio de la población actualmente activa.

Los números son escalofriantes, sobre todo considerando el efecto que tiene esta coyuntura en la situación infantil, donde no están asegurados sus derechos básicos para un desarrollo normal hacia la adultez.

Son los niños los que deben considerarse el futuro de un país, del cual nada puede esperarse si no cuidamos sus derechos y su correcto desarrollo.
Una mala o insuficiente alimentación en niños hasta los 4 años, prácticamente lo condena a tener deficiencias en su desarrollo cognitivo y físico a lo largo de toda su vida.
Luego, a lo largo de su etapa de crecimiento, se lo debe acompañar con una nutrición equilibrada de tal forma que esté preparado para junto con un correcto desarrollo educativo, prepararse para un mundo cada vez mas exigente a la hora del completo desarrollo.

En este contexto de falta de cobertura de necesidades básicas (Alimento, salud, vivienda, educación), no es extraño que la marginalidad también acompañe esta barbaridad social, y es en este punto donde hay que detenerse en la importancia de la función social del deporte como variable necesaria y fundamental dentro de estas necesidades básica insatisfechas.

El deporte cumple una función educativa fundamental, ayudando a mejorar técnicas, desarrollo físico, transmisión de hábitos, valores y actitudes.
Es una herramienta fundamental de socialización y salud, que combate la marginalidad brindando herramientas como los buenos hábitos, el respeto, la conducta, la relación entre pares, el trabajo en equipo, la tolerancia, la empatía y la aparición de desafío como la competencia sana.

Extrapolando esta situación a lo que sucede en el Club Atletico River Plate, es nuestro amado club uno de los tantos que cumple esta función social tan importante, ofreciendo además de la posibilidad del desarrollo deportivo en varias actividades y disciplinas (mas de 64.000 socios al día y mas de 20 deportes federados), la de educarse becado en su Instituto de formación primaria y secundaria, completando este círculo virtuoso de desarrollo para un niño.

River posee una cobertura para la captación de talentos, en todo el territorio de la República Argentina en el área de fútbol amateur, y se prueban por año alrededor de 60.000 chicos de los cuales solo quedan fichados aproximadamente 50.

Actualmente forman parte de las categorías infanto/juveniles, unos 430 jugadores, y son acompañados por 100 ya son profesionales de distintas áreas.
200 son los integrantes del área de futsal masculino, 80 jugadoras de futsal femenino y 90 jugadoras de futbol femenino que actualmente está en vías de profesionalizarse (actualmente River les provee prepaga a todas las jugadoras).
En total se disputan 36 partidos de fútbol en competencia por fin de semana entre todas las categorías.

Del total de juveniles que debutaron en 1ra división, el 63% estuvieron pensionados en el club y ese mismo porcentaje, consiguió terminar el secundario, lo que pudo ayudar a terminar con su formación educativa básica.

Hoy en la sede de Hurlingham, se recibe a muchos niños que se destacan en futbol amateur y se les otorga una ayuda nutricional adicional para incluso suplantar la carencia de comida en sus propios hogares.

Esta es solo una parte visible del tremendo aporte social que tiene una institución como River y que sin dudas ayuda junto con tantas otras asociaciones civiles sin fines de lucro a generar espacios para suplir esta necesidad básica que debe ser profundizada con decisión política y presupuesto, por parte del estado.

Un reciente relevamiento realizado por el propio CARP, arrojó datos escalofriantes.
Mas del 50% de los hogares de los chicos que actualmente habitan la pensión del club y se desempeñan en el área de fútbol, viven por debajo de la línea de la pobreza en distintos puntos del país.

Todo lo expuesto anteriormente, describe la fragilidad económica-social del país en estos tiempos, y la fundamental labor de los clubes como River para ayudar a que la función social del deporte llegue a la mayor cantidad de gente posible.

Una muestra clara que explica con argumentos sólidos, el porque del rechazo definitivo, total y rotundo de la instalación de las SAD (Sociedades anónimas deportivas) en Argentina donde el principal propósito sería la búsqueda de rentabilidad, con el peligro que implicaría para la institución que no lo consiga alcanzarlo en un país expuesto a crisis permanentes de todo tipo.

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